Agradecemos

a todos los espacios públicos que nos albergan, desde calles y plazas a baños químicos en caso de urgencia; a los bares donde bebemos, en especial a ña serapia sobre avenida las heras donde surgimos una noche de esas de otoño que parecían pleno veranito. agradecemos al pingüino en el que nos fue servido un tinto renegrido y corolado por dos empanaditas de carne cortada a cuchillo que pagamos con las pocas moneditas que nos quedaban después de toda una noche de andar en banda. gracias a los tenedores libres chinos bien baratitos y a la pavita al escabeche de el federal de san telmo porque sin ella no sabríamos lo que es estar en banda y comer cualquier cosa. por último damos las gracias a las novias que tuvimos y que nos dejaron porque sin ellas no hubiera comenzado esta cosa de andar de un lado al otro sin rumbo fijo durante horas encontrándonos repetidas veces con otras que están en banda y buscan un lugar donde parar. como si hubiera.